Crónicas del Ford: Mi Capitán “El Tobalaba” ya no parte!

Publicado por Bomba La Reina en

La ruidosa campanilla del teléfono a esa hora de la noche?

Era obvio…

Llamado de Comandancia o Salvamento y los cuatro “cabros” de la Guardia a ventearse otra vez más, bien agarrados de las correas de cuero que les evitaban mandar sus cuerpos a volar contra algún poste o árbol, en otra loca e incierta carrera del añoso Studebaker ’39 “El Tobalaba”.

Solo había un problema, más de 10 minutos de batalla contra el pedal y el motor del viejo Portaescalas de la Sexta aún no tenía ni ganas de partir, los intentos, la rabia, empujarlo entre cuatro, abrir el capó, ES LA BATERÍA!! (todos ingenieros mecánicos por arte de magia)… y nada… “este cacharro sigue ‘echao”.

No era la primera vez, los duros y largos años de servicio de esta máquina fiel, la falta de sus descontinuados repuestos, los escasos recursos del Cuerpo en ese entonces, hicieron necesario pensar en una solución más definitiva a la precaria situación.

Y si le quitamos peso?

– Usted está loco y donde llevamos las escalas, las hachas, la lona, los focos? corriendo acaso?

Y si le cambiamos el motor?

– Usted está chiflado! y de donde piensa sacar la plata o cree que a los Bomberos nos pagan? usted sabe lo caro que sería eso, de donde sacamos un motor de 8 cilindros en línea Studebaker del ’39, ah?

Y si mandamos a fabricar uno nuevo y lo hacemos como nosotros queremos?

– ……JAJAJAJAJAAAA! Usted ya se rayó ya JAJAJAJAJAAAAAA!

En serio, yo creo que ya es hora que la Sexta tenga un nuevo y moderno Portaescalas, el “Tobalaba” ya no tiene arreglo.

Podría parecer imposible considerando la falta de recursos de una Compañía con tan solo 10 años de Servicio, pero en una Compañía de Escalas? IMPOSIBLE ES NADA!

El más grande de los apuros en la historia de la Sexta, no contar con un Portaescalas. Peor aún y la cantidad de dólares que piden estos “gringos” por fabricar uno, es mucha plata, pero… un Sextino, tuvo una idea. La Campaña Económica de la Sexta empezó ese mismo año, cada fin de semana, lloviera o tronara, a veces con un sol infernal, los Sextinos pusieron en práctica el segundo valor de su sagrado lema, “Abnegación”.

Pero había que seguir destechando, accediendo y salvando, había que tener un Portaescalas mientras tanto, en reemplazo del viejo Studebaker y desde ese difícil 1969 el Seis cromado pasó al frente del viejo Carro Mack de la 3ª Cia. y poco después, del antiguo Carro Químico Metz de la 2ª, ambos tapizados con las Escalas del “Tobalaba” sobre su parte superior.

El Ford Ward-LaFrance

Diseñar un carro Portaescalas puede parecer fácil, sobre todo considerando que a esas alturas estos grandes carros ya gozaban de un estándar al igual que las bombas, y que ya habían fabricantes que los producían en gran cantidad para Chile, los europeos ya tenían claro lo de los pasillos y las Escalas por los costados, pero un Portaescalas, esas son palabras mayores, los pesos, la maniobrabilidad, la seguridad (nula hasta entonces). La potencia era y sigue siendo todo un tema en las Compañías de los sectores más cercanos a la Cordillera, era necesario un motor capaz de tirar dos toneladas de Escalas, miles de kilos de material y al menos quince Bomberos, todo esto cerro arriba y con la rapidez de una flecha.

Comisión formada, oficiales, maquinista, conductores y parte la discusión, tiempo hay para afinar los detalles, tiempo se necesita para juntar el dinero, el tremendo valor de fabricar el segundo carro en la historia Sextina.

En consecuencia, es necesario que los Voluntarios vayan adentro en ese pasillo que se usa ahora, el que se puede aprovechar para poner más material y uniformes, cerrando además la cabina y protegemos también al conductor y al a cargo, las Escalas se pueden sujetar y soltar con un sistema de aire y sería bueno que sea corta la distancia entre ejes, algunos sectores requieren gran facilidad de maniobrar, y no solo está claro que el motor debe ser poderoso sino que debemos pensar en una mecánica de relativa fácil mantención, osea que… estamos de acuerdo, el carro debiese ser americano en lo posible, como esos Chevrolet o esos Ford tan “carne ‘e perro”.

Ya está decidido, la Sexta se va a desarrollar y va a modernizar la operación de Escalas & Salvamento durante las próximas décadas, sobre este futuro y moderno diseño. Si los años ‘60s marcaron nuestro esfuerzo en formarnos y organizarnos como una sólida Compañía del CBÑ, los ‘70s serán el comienzo de nuestro crecimiento, solidez y perfeccionamiento del servicio, el cual debemos liderar e innovar como pujante unidad de hombres jóvenes e idealistas!

El candidato: Un sólido y macizo carrozado Ward-LaFrance sobre un chassis de la Serie “C” de la Ford, con poderoso motor V8 bencinero.

El problema: Dejar de soñar por un rato y dedicar los esfuerzos a recaudar el dinero que esta tremenda empresa, ya decidida, demandaba a los Sextinos.

La meta, a veces inalcanzable, empujaba de vez en cuando a los jóvenes Sextinos al punto del agotamiento o la desmotivación, pero solo se puede ser “abnegado” si antes de todo se es por completo “Leal” a la causa que nos une mancomunados por un mismo fin, ese… era por sobre todas las cosas y como de costumbre, la Sexta. Y jamás nunca y por más de dos largos y difíciles años, alguien colgó el casco ni se restó de la tarea, así cada noche de sábado y hasta domingo la cuenta de las monedas y los pocos billetes se prolongaba hasta altas horas de la noche, para ser depositados los lunes en la ya creciente cuenta del Banco.

Y lo logramos, todos juntos, lo logramos, y ya nunca un Sextino va a empujar su Portaescalas al llamado, y ya nunca van a haber imposibles en su historia ni mucho menos quien repita esa palabra derrotista en el Cuartel de La Reina, desde el principio, desde ahora y para siempre en la Sexta los obstáculos… son para vencerlos!

La necesidad de este nuevo carro, el brillante, el cromado, el poderoso y siempre veloz L-6 y la historia de su exitosa campaña, significó el punto de partida de las siguientes campañas económicas del CBÑ, como modelo a seguir, replicada a lo largo del país por otros Cuerpos con el paso de los años, siendo la instancia unificadora por excelencia de toda institución bomberil, cuando el fin común de todo puñado de hombres en pro de un objetivo, se presenta como mera prueba al espíritu del Bombero Voluntario, siempre vencedor si se trata de luchar con la convicción de superar las limitaciones.

La importancia un poco incomprensible por un montón de fierros, seguramente ninguna, la importancia de su historia en generaciones de ya viejos Bomberos: la más Sextina de las enseñanzas…

…que el Portaescalas no está hecho solo de metal, los Portaescalas son los propios Bomberos cargando con fuerza las Escalas que la vida nos brinda para superar el problema, por gigante que se nos presente, nosotros, unidos siempre, somos el Portaescalas!

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